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Prostatectomía radical laparoscópica: Una alternativa para el cáncer de próstata

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Dr. Miguel Marcucci Bernal – Urólogo

Tel. 774-0128 ext. 2190 / 6220-1918

David, Chiriquí

Esta técnica quirúrgica permite la extirpación con criterios oncológicos, de la glándula prostática, en algunos casos de cáncer de próstata.

Para finales de la década del 80 y comienzo de los ’90, surgen nuevas cirugías utilizando sistemas de videos y microcámaras que permiten ver las estructuras con diferentes grados de amplificación, a esto se le conoció como cirugías laparoscópicas.

 

Este procedimiento no invasivo, permitió un gran avance en cuanto a la cirugía de próstata, específicamente para aquellos casos de cáncer, ofreciéndole a los pacientes gran cantidad de beneficios postoperatorios.

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El procedimiento paso a paso

 

El cirujano realiza pequeñas incisiones en la pared abdominal, introduce gas en la cavidad abdominal para crear un espacio de trabajo entre las visceras y la pared. Después se introduce un tubo delgado con una cámara que permite ver las estructuras con alta definición y en los demás incisiones, se introducen los instrumentos para realizar la cirugía.

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Se realiza mediante la utilización de 4 ó 5 tubos (trócares). El procedimiento consiste en la separación de la próstata de sus órganos vecinos (la vejiga de la orina y la uretra) para poder extirparla. A continuación se precisa de la reconstrucción del tramo urinario, conectando la vejiga urinaria a la uretra. Esta anastomosis precisa de un gran dominio de la técnica de sutura laparoscópica para que quede perfectamente estanca.

 

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Se utiliza habitualmente energía eléctrica bipolar y clips hemostáticos para el control vascular.

 

Se puede realizar mediante un abordaje transperitoneal o bien extraperitoneal. La técnica inicial fue descrita por vía transperitoneal, abordaje diáfano y de fácil orientación, aunque la tendencia hoy parece favorecer el cambio a la vía extraperitoneal.

 

Ventajas del abordaje transperitoneal

 

Este último abordaje si bien ofrece un espacio de trabajo más angosto, que puede dificultar algunos movimientos,  es de acceso más rápido, por lo que reduce el tiempo quirúrgico y no invade la cavidad abdominal, evitando los riesgos que esto supone.

 

En los casos en que es factible, se pueden preservar los haces neurovasculares responsables de la erección, obteniendo mejores resultados en la recuperación de esta función. Durante el postoperatorio es preciso mantener una sonda vesical, que se puede retirar a la semana de la intervención.

 

Múltiples beneficios para los pacientes

 

La principal ventaja de la cirugía laparoscópica es la visión para el cirujano. La magnificación de la imagen permite afinar y precisar mucho más los movimientos quirúrgicos, hecho de gran trascendencia en especial en la cirugía oncológica.

 

El abordaje laparoscópico evita la incisión, por lo que la recuperación para la vida normal del paciente es muy rápida.

 

El tiempo quirúrgico más largo en quirófano, respecto de la técnica clásica revierte en una recuperación más fácil y un ingreso más corto.

 

El sangrado operatorio acostumbra a ser mínimo, por lo que no suele ser necesaria la transfusión de sangre.

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La incontinencia otro enemigo a vencer

 

Casi todos los pacientes después de una prostatectomía radical laparoscópica experimentan incontinencia en alguna medida; sin embargo la recuperación de la misma es más temprana con el abordaje laparoscópico.

 

La mayoría de los casos presentan incontinencia asociada al esfuerzo que se resuelve de forma gradual en un plazo de semanas. Una pequeña proporción de pacientes, inferior al 5%, puede tener dificultades en conseguir un perfecto control de la orina a largo plazo.

 

La poca pérdida de sangre es otra de las ventajas

 

El sangrado operatorio acostumbra a ser mínimo por lo que no suele ser necesaria la transfusión de sangre. Oscila entre 150-250 cc de pérdida sanguínea. Sin embargo, en cada caso puede variar debido al tamaño de las próstatas y a la anatomía.

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En pocas horas se gana calidad de vida

 

Generalmente, la prostatectomía radical laparoscópica, dura entre 2.5 ó 3.5 horas. Cada caso es diferente debido al tamaño de la próstata y a las diferentes anatomías.

 

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Tiempo mínimo de hospitalización

 

La mayoría de los pacientes son dados de alta a las 48 horas del procedimiento. Sin embargo, el tiempo se decide sobre las bases de cada caso.

 

Solamente 7 días con el catéter uretral

 

En las cirugías abiertas, el catéter es removido después de dos a tres semanas. Sin embargo, con la prostatectomía laparoscopica, es retirado tan solo 7 días después de la intervención quirúrgica. Esta remoción se lleva a cabo en el consultorio.

 

El  cáncer de próstata su diagnóstico y tratamiento pueden cambiar la vida de las personas, sin embargo en la actualidad existen alternativas mínimamente invasivas que permiten una pronta recuperación y retorno a la vida habitual. No dudes en contactarnos para aclarar cualquiera interrogante.

 

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